
Si amas
Si amas, eres creativa.
Si amas, tratas de entender, te interesas.
Si de veras amas, eres paciente, eres perseverante.
Si realmente amas, te adaptas.
Si amas, quieres dar de ti misma. Incansable, abierta y generosamente.
Si amas, quieres servir y no sólo trabajar.
Sólo se entrega plenamente quien ama.
Anna Dengel
Oración al Espíritu
Oh, Espíritu de Sabiduría; vive en todos mis pensamientos, palabras y acciones desde esta hora hasta el momento de mi muerte.
Espíritu de Entendimiento: ilumíname y condúceme.
Espíritu de Consejo: dirige mi falta de experiencia.
Espíritu de Fortaleza: afianza mis debilidades.
Espíritu de Conocimiento: instruye mi ignorancia.
Espíritu de Piedad: hazme apasionada por el trabajo bueno.
Espíritu de Paz: dame tu paz.
Espíritu Celestial: hazme perseverar en el servicio del Amor – y permíteme actuar en todas las ocasiones con bondad y benevolencia; paciencia, caridad, ternura y fidelidad.
Anna Dengel


Oración por la congregación
Oh Dios, te damos gracias por todos los beneficios que nos has concedido, particularmente por la gracia de nuestra vocación.
Te suplicamos por la intercesión de la Bienaventurada Virgen María, causa de nuestra alegría, que preserves a tu familia de todo mal. Extiende sobre ella tu amorosa protección.
Concédenos amarte con todo el corazón y con toda el alma, y al prójimo como a nosotras mismas; y llegar al grado de unión contigo destinado para nosotras. Concédenos la gracia de servirte con alegría y perseverar en nuestra vocación.
Inspira en todas las hermanas el espíritu de pobreza, castidad y obediencia, de caridad, gentileza, sencillez y generosidad. Que nos amemos unas a otras con verdadero amor de hermanas.
Danos seguridad de estar siempre unidas y de vivir en paz. Bendice nuestro trabajo y ayúdanos a hacerlo bien para tu mayor honor y gloria y por el bien de nuestro prójimo. Ilumina y fortalece a nuestras coordinadoras.
Bendice y protege a nuestros padres y parientes, a nuestros amigos y bienhechores. Bendice a todos los que están bajo nuestro cuidado y ten piedad de los moribundos.
Anna Dengel